Los beneficios de la evolución humana, entre muchos otros, están en la conciencia ecológica, entendimiento de nuestro entorno y en la búsqueda de una vida más saludable para nosotros el día de hoy, y el entorno social que heredamos a las generaciones venideras.

Este nuevo paradigma ha resultado en la construcción de nuevas comunidades que, por la pluriculturalidad de sus conformaciones sociales, requieren redefinirse con una identificación de intereses en común entre sus habitantes y una serie de hábitos que colectivamente se establezcan para así, ir construyendo su nuevo entorno.

En la historia de la humanidad y la construcción de comunidades dentro de entornos y desarrollos sociales, los principios, aunque fundamentalmente son los mismos, las necesidades y objetivos son los que varían. En este artículo nos centraremos en contemplar únicamente las estrategias de vivienda en las que la sociedad civil ha buscado resolver necesidades específicas, diseñadas con objetivos comunes, y muy especialmente las necesidades de las comunidades sustentables que el día de hoy tenemos como objeto entender.

¿Cómo entender las necesidades de una comunidad?

Si nos remontamos al origen de la formación de comunidades, nos encontramos con el cooperativismo, un movimiento nacido en Europa a finales del siglo XIX que surge con la asociación voluntaria de personas que se unen para satisfacer en común sus necesidades económicas, sociales y culturales. Este movimiento, nacido en la era moderna, tuvo lugar con la Revolución Industrial en Inglaterra y la Revolución Francesa. A partir de ahí, algunos movimientos provocados muchas veces como respuesta a necesidades sociales, han generado nuevos modelos como la aparición de comunas, autoayudas, refugios o como los proyectos de CoHousing principalmente en Escandinavia, Europa y América del Norte.

Vivir en comunidad nos enseña que, la participación en conjunto y la construcción de relaciones con nuestros vecinos, teniendo como conexión el trabajo participativo por asuntos prácticos, nos ayuda a fortalecer la confianza, la empatía mutua y diluye nuestros límites con enfoques comunes que sensibilizan nuestro espíritu, nuestro corazón y conllevan a una felicidad por pertenecer a un entorno armónico.

Sin embargo, la aspiración a desarrollar y realizar conceptos inclusivos para los proyectos de vivienda comunitaria, se encuentran con algunas barreras estructurales como el déficit de viviendas accesibles, sitios de construcción y también la cooperación insuficiente por parte de las constructoras o desarrolladoras que impiden la generación de una participación activa de por parte de sus habitantes. Es por ello que se debe entender la diversidad como recurso para la inclusión, respetando que las personas no forman un grupo homogéneo y que se requieren atender una serie de necesidades distintas dentro de estos mismos grupos inclusivos.

Un modelo relativamente reciente, popular, exitoso y de acción simbiótica, es el nacido en Suecia a principios e 1980 el cual se denomina ‘eco-comuna’, el cual va en busca de la construcción de una comunidad ecológica, económica y socialmente saludable a largo plazo, en donde la participación integral y la democracia forman parte vital de su esquema. Este sistema está basado en una sinergia con la participación entre los ciudadanos y diversos sectores de la comunidad en donde se respeta un pacto para instalar procesos de cambio para convertirse en una comunidad sustentable.

Tulum, México

Comunidades y Barrios Sustentables

Pensar que la creación de edificios y construcciones verdes, basados en la eficiencia del uso de los recursos y principios ecológicos, es la única respuesta a este proceso holístico y mantenimiento armónico entre el medio ambiente natural y los asentamientos urbanos, se estaría acotando este pensamiento a una visión y perspectiva un tanto escasa e insuficiente. Debemos entender que los pilares de la sustentabilidad radican en tres terrenos fundamentales, el medioambiental, el económico y el social, y así, visto desde esta perspectiva nos daremos cuenta que la premisa traspasa los límites de una construcción de edificios individuales, para abarcar también una escala intermedia enfocada a los barrios y comunidades.

Sistemas de evaluación y certificación de edificaciones sustentables

Conocer este cambio de paradigma ha significado que, alrededor del mundo, los sistemas de evaluación y certificación de edificios  sustentables, dejen de centrarse exclusivamente en  la eficiencia energética, hídrica, selección de materiales, calidad de ambiente interior, transporte, emisiones, uso de suelo y ecología, y los factores que atienden el compromiso con el medio ambiente, para comenzar a explorar los beneficios de sustentabilidad que contribuyen a desarrollo económico y social, tales como: la creación de ambientes saludables, seguros y satisfactorios, la contribución a la generación de empleos, alivio a la pobreza, distribución equitativa de los beneficios y costos sociales, transferencia de habilidades, así también como el empoderamiento de comunidades. Es de esta forma entonces, cuando los sistemas de evaluación y certificación, comienzan atender la sustentabilidad de barrios y comunidades en integración y no únicamente en la construcción de un medio ambiente a partir de edificios independientes.

Barrio Calé, comunidad sustentable.

Importancia de la escala intermedia

Si entendemos que los barrios y comunidades sustentables conforman la base de un sistema urbano de media escala que busca el desarrollo sostenible, respetando los límites ecológicos, fomentando la prosperidad económica y el bienestar social, podemos entonces ir descubriendo las implicaciones que estos tienen como parte de una estrategia en conjunto con acciones locales para generar un impacto a mayor escala.

Estos sistemas son eficientes en el uso de energía y recursos, que plantean oportunidades para el desarrollo de la economía local, donde se valora y respeta el entorno natural y especialmente, donde las personas pueden trabajar, estudiar, comprar y recrearse cerca de su hogar.

Seguir de cerca las acciones implementadas en países y ciudades desarrolladas, significan ahora una oportunidad invaluable para que sean parte de las acciones adoptadas en comunidades en vías de desarrollo. Tal es el caso de ciudades como Tulum, Quintana Roo en México, un entorno natural que contempla un crecimiento urbano pensado para cohabitar en simbiosis con el entrono. Conformado por núcleos comunitarios sustentables como Barrio Calé, una privada residencial de solo 26 terrenos que coexisten perfectamente integrados con la naturaleza sin dar preferencia a los vehículos y priorizando las áreas verdes y peatonales no solo buscando el menor impacto al medio ambiente, sino que también, busca fomentar el crecimiento individual y colectivo por medio de espacios bien planeados en donde la participación y experiencia de quienes lo habitan se vuelven claves para generar un sentido de pertenencia e integración y por ende una comunidad sustentable.

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Fuentes:
Martínez, K. (2011) Comunidades y barrios sustentables: sistemas de certificación. Ed. Revista AUS, Universidad de Austral de Chile . Valdivia, Chile
LaFond M. & Tsvetkova L. (2020) CoHousing Inclusive, Id22, Self- Organized, Community- Led Hpousing for All, Institute for Creative Sustainability. Berlin, Alemania
Ministerio de Medio Ambiente. Concepto de comuna sustentable, DEpto de gestión ambiental local/ División de educación ambiental, Chile http://www.eltabo.cl/documentos/secpla/scam/scam2/funcionacam/conceptocs.pdf
SymbioCity (2019), transversalización de género en el desarrollo urbano sostenible. SKL International. Estocolmo, Suecia.

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